En España, a pesar de que los datos aún se encuentran un tanto difusos, el número de sanitarios contagiados por COVID-19 es uno de los más altos en todo el mundo. Datos, que hacen pensar que tanto a niveles personales, como de colectivo laboral, su salud se ha visto significativamente afectada.
El estudio SaniCOVID-19 evalúa el estrés postraumático, la ansiedad y depresión del personal sanitario durante la pandemia por COVID-19. Se analizan las asociaciones entre estas variables y otras: burnout, resiliencia, variables demográficas, relativas al puesto de trabajo y específicas sobre información del COVID-19. El estudio, de corte transversal, obtuvo datos válidos de 1422 sanitarios.
Resultados: El 56,6% de los sanitarios presentan síntomas compatibles con un posible trastorno de estrés postraumático, el 58,6% manifiestan un posible trastorno de ansiedad, siendo este trastorno de ansiedad, severo en un 20,7% de esta población. El 46% aporta datos que apuntan a un posible trastorno depresivo. El 41,1% manifiesta sentirse emocionalmente agotado.
El perfil del sanitario con mayor grado de estrés postraumático sería el de un sanitario mujer, que trabaja en hospital, en la Comunidad de Madrid, que le preocupa especialmente contagiar a sus familiares y que piensa que tiene una muy alta probabilidad de contagiarse por COVID-19.
Altas puntuaciones en cansancio emocional y despersonalización (variables medidas en burnout) son factores de riesgo psicosocial muy relevantes para salud mental. Si bien la población laboral estudiada obtuvo puntuaciones muy elevadas en estas variables, que apuntaban a consecuencias aún más graves que las encontradas, otras características evaluadas, resiliencia y realización personal, actuaron como variables protectoras, disminuyendo las consecuencias negativas de la exposición.