No educamos para tener buenos resultados escolares, sino buenos resultados vitales fuera de la escuela.
Lograr la igualdad de género pasa por la educación para obtener un cambio de raíz en la cultura machista, para poder ver el mundo con nuevos ojos, desde los cuales no se vea como algo normal el acoso y la violencia contra las niñas y las mujeres. El momento actual es la oportunidad para que unamos nuestras mentes y nuestros corazones y trabajemos en una nueva orientación pedagógica, en búsqueda de que nuestros chicos y chicas crezcan con otra perspectiva sobre su género, al mismo tiempo que procuramos que la educación de las niñas sea encaminada hacia un liderazgo positivo, que permita disfrutar de relaciones más sanas, constructivas y armoniosas.